¿Porqué hace falta la traducción feminista? ¿Para quién va dirigida? ¿Qué es «Con Género de Dudas»?
Como os prometimos hace unos días en la primera parte de la entrevista aquí os dejo la continuación.
¿A qué mercado está dirigida la traducción de estos textos?
Aquelarre va dirigido a todas las personas que quieran cuidar sus palabras cuando estas cruzan fronteras. Está claro, que el valor añadido que se propone aquí supondrá un mayor aliciente a la hora de escogernos para aquellas personas o agrupaciones que escriban además sobre contenido que tenga que ver con género, mujeres o feminismo. En estas traducciones cuidar del sexismo en el lenguaje es un imperativo. Sin embargo, Aquelarre está abierto a la traducción de todo tipo de textos del entorno de las ciencias sociales, el contenido no tiene que estar relacionado estrictamente con teoría sobre género, pero el género está en todas partes, y desde este proyecto lo que se garantiza es que se va a aplicar un trato igualitario en el uso del lenguaje. Ya estamos trabajando por ejemplo con proyectos como FIBICC, traduciendo sus noticias y contenidos web.
¿Piensas que hay una necesidad real de poner atención sobre la igualdad de género al traducir textos?
Creo que he respondido más o menos a esto en la pregunta sobre cómo surge el proyecto, sin embargo únicamente recalcar que prestar atención a la igualdad de sexos en la traducción de textos, es tan importante como prestar atención sobre la igualdad de sexos en la creación de dichos textos. Por un lado en lo conceptual, en la transmisión cultural y de contenido; y por otro en la lingüística y la terminología. Leer y traducir con las gafas de género puestas es la única manera de asegurarnos de que no se cuela el normalizado sexismo cuando pasamos nuestro mensaje a otro idioma a través de las palabras de la figura traductora.
He leído en la entrada del blog sobre el concepto de “Lingüística feminista” ¿Puedes explicar con tus propias palabras qué es la lingüística feminista?
Una de las grandes capacidades del feminismo ha sido y es su poder de constante revisión y cuestionamiento de todas aquellas disciplinas consideradas neutrales. Desde la ciencia hasta la filosofía, a lo largo de los dos últimos siglos, el feminismo ha ido sometiendo a análisis tanto conclusiones como procesos revelando que dicha neutralidad no es más que una normalidad creada a partir de criterios patriarcales. Por poner un ejemplo, que lo entendido como “normal” sea que el masculino plural se considere plural colectivo, no es más que una normalidad creada a partir de patrones sexistas que se asimila como incuestionable. De este modo lo contrario, es decir, utilizar el plural femenino como colectivo, causa un rechazo frontal entre muchos hombres que no se consideran incluidos en el mismo. ¿Acaso yo no tengo derecho a no sentirme incluida en el plural masculino porque lo diga la RAE? Realmente visibilizar ambos géneros no cuesta tanto, y hay muchos mecanismos, no sólo desdoblar, sino también por ejemplo elegir el genérico como “el profesorado” en lugar de “los profesores”, o “las personas” en lugar de “el hombre”. Esta es por tanto un muestra de “norma” que se puede repensar y deconstruir a través del uso de otras fórmulas, de modo que además se visibiliza de forma activa un posicionamiento.
Cuando hablo de lingüística feminista me refiero a dicha revisión, a reconquistar el lenguaje y la lingüística reapropiándonos de los conceptos, rechazando otros y utilizando el lenguaje de manera consciente como un instrumento más, y muy poderosos, de desconstrucción de estereotipos y opresiones de género.
¿Qué relación crees que existe entre la Cultura y la Palabra?
Ambas son expresión y se alimentan la una de la otra. Uno de los motivos por los cuales decidí estudiar traducción era porque me fascinaba la idea de ser el link entre culturas, la llave para compartir conocimiento, opiniones, saberes y gritos de todo tipo que se encuentran con la barrera del lenguaje, de un idioma inhóspito y desconocido. El lenguaje es expresión fundamental de la cultura de un pueblo. Por supuesto existen otros lenguajes además de la palabra, pero estos, más intuitivos, tienen más capacidad de superar el escollo del idioma.
La traducción es conexión de culturas a través de la palabra, así que si me preguntas a mí, cultura y palabra son uno.
La otra parte del proyecto es también crear un blog de creación colectiva, es decir, podrá participar todo el mundo con sus textos. ¿Qué objetivo tiene este blog? ¿Qué temáticas se tratarán?
La idea del blog es crear un espacio de reflexión crítica y debate en torno a la cultura, la educación, el sexismo, y por supuesto el lenguaje. Aquellas personas que quieran compartir una reflexión, una vivencia, una opinión o una investigación que estén llevando a cabo en torno a estos temas están más que invitadas a contactar a través de nuestra página de contacto para compartir sus palabras mediante una publicación en el blog “Con género de dudas”. El primer post se llama “El lenguaje inodoro” en el cual hago una reflexión sobre el poder de las palabras y el concepto de neutralidad de la traducción. ¿A qué huelen las traducciones que no huelen? Ni la menstruación es inodora, ni el lenguaje tampoco.
Este blog irá evolucionando a medida que las personas que vayan participando en él junto a mí, aporten el cuerpo y las palabras. Por supuesto en este espacio no se aceptarán comportamientos machistas, xenófobos, racistas o de cualquier índole de discriminación. Es un espacio de diversidad y de creatividad. ¡Nada de trols!
Por último, ¿Por qué el nombre de “Aquelarre”?
La verdad es que elegir el nombre me fue bastante difícil, me llevé semanas convirtiéndolo todo en un “nombre potencial”. A casi cada cosa que veía o hacia le ponía un artículo delante a modo de juego para ver cómo quedaría como nombre del proyecto. Obviamente esta estrategia no funcionó. Finalmente di con la idea de Aquelarre, que siempre me ha encantado por la cantidad significado que alberga. Aquelarre haciendo referencia a las sabias brujas, perseguidas y silenciadas a lo largo de la historia por ser insumisas, por utilizar su sabiduría al servicio de las mujeres, de sí mismas. Aquelarre también como acto de purificación, en el sentido de eliminar, de quemar aquello que nos oprime, y de las cenizas construir otra realidad más justa. Este proyecto es un aquelarre de lenguaje en el que se destierran usos sexistas para construir una alternativa que otorgue dignidad por igual a ambos sexos.
¿Algo que quieras añadir y que no haya preguntado?
Creo que me he enrollado suficiente ya…
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